Había una vez un brioche. Estaba recién horneado, suave y fragante. Encantó a la diseñadora Beatriz Sempere, quien convirtió su asombro en una pequeña colección de sillones y reposapiés para Twils. Su nombre es Brioche y contiene un sillón y un reposapiés cuyas formas son la máxima expresión del confort.
El diseño de Brioche es simple: el sillón evoca innegablemente las formas y colores de uno de los alimentos reconfortantes más queridos del mundo, con la misma suavidad tentadora y los mismos tonos dorados. Además de su atractiva ironía sensorial, está impregnado del gusto típicamente español por la extravagancia visual. Es tan desenfrenado como los escenarios de las películas surrealistas de Almodóvar y revela una predilección por la estética audaz de los años 70. La diseñadora disfrutó sacando lo mejor del material con formas intencionalmente llamativas, lujosas y ligeramente exageradas.