Un sofá que evoca un abrazo, un refugio que captura y protege.
Una invitación sensorial a sumergirse en cojines voluminosos que se adaptan a las formas del cuerpo, ofreciendo un espacio de total relajación. Las diferentes configuraciones de los sofás adquieren aquí una nueva interpretación, donde los reposabrazos se extienden hasta la base y se convierten en soporte, como si fueran dos manos que sostienen delicadamente al usuario.
Esta es la idea detrás de Kumo.
El punto de contacto entre el reposabrazos y la base enfatiza la suavidad del revestimiento y se convierte en el punto de apoyo de las estructuras. Estas, de metal, presentan una geometría minimalista en forma de T invertida, resaltando las características estructurales. Los cojines están diseñados para recuperar instantáneamente su forma original después de acomodar al usuario, como si estuviera flotando en una nube, en un abrazo suave y envolvente.